Una de las pasiones y debilidades del Señor Simpson, Homer Simpson, es, sin duda alguna, la famosa rosquilla. Esa pequeña cosita dulce redondita que hace que Homer Simpson caiga rendido a sus pies.
Simpre vemos a Homer Simpson como un comelón que se acaba todo lo que le pongan en la mesa, sin embargo la rosquilla tiene algo especial que hace que Homer pierda la atención de cualquier otra cosa.
En muchas ocasiones hemos visto a Homer Simpson dejar a un lado cosas importantes por el placer de comer una pequeña rosquilla. Y es que no le basta con comer solo una, deben de haber varias en la cajita de rosquillas para saciar el inmenso deseo de Homer Simpson. Hoy en día, las rosquillas de varias empresas han sido vendidas gracias a la influencia de Homer.
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